El atentado ha dejado familias rotas de dolor. Omar es amigo de una de ellas, que ha perdido a un niño de tres años y un hombre de alrededor de 60 años. “La familia está destruida. No hay palabras que puedan reconfortarles”, nos explica, recalcando que lo único que está en su mano es apoyarles y estar a su lado para ayudarles a superar este durísimo golpe.