La ciudad de Charlottesville trata de recuperarse poco a poco
Crónica Cuatro
14/08/201720:43 h.No es lugar para el odio, dice un cartel en una ciudad de Charlottesville que trata de recuperar la calma perdida.
Una vecina, entre sollozos, busca una respuesta a los choques entre supremacistas blancos y antiracistas.
Los residentes allí aseguran que esta ciudad universitaria de Virginia, con apenas 45 mil habitantes, siempre ha sido un lugar tolerante, pero declaraciones como esta, en donde otro vecino asegura que si no estás de acuerdo con ellos eres un supremacista, abre el debate de la integración racial en el lugar.
Prueba de esa tensión es una imagen, es la protesta de decenas de personas contra el organizador de la manifestación supremacista blanca del sábado; "Debería ser imputado por asesinato" le grita un hombre antes de que tenga que abandonar el simulacro de rueda de prensa protegido por la policía.
En Twitter, mientras, la cuenta de un usuario trata de identificar a los racistas que participaron en las marchas, racistas como Cole White, que ya ha sido despedido del restaurante donde trabajaba.
Este cartel del establecimiento donde se lee que las acciones realizadas en Charlottesville no están respaldadas por Tog Dog, confirma su despido.
Atrás queda el desfile de antorchas al estilo Ku Klux Klan con banderas nazis que hicieron resucitar lo peores años del siglo XX.
No sin embargo las lágrimas de dolor que se repiten en la misma calle donde James, un neonazi de 20 años, mató con su coche a Heather, una abogada antiracista de 32 e hirió a 19 personas más.