Solidaridad a raudales para ayudar a encontrar supervivientes del terremoto de México
Ejército, bomberos, ambulancias y ciudadanos. Toda la ciudad volcada en esta tarea. Quienes no han resultado heridos atienden a las víctimas o ayudan a desescombrar. Son tantos los voluntarios que, a veces, los profesionales les piden apartarse.
Cadenas humanas que, cuando ocurre el milagro, son testigos de rescates donde los aplausos son, a partes iguales, parte de una celebración y un grito de ánimo.
Y entre todo el caos, tienen que pedir algo casi imposible: silencio. Así pueden escuchar mejor los gritos de quienes hayan podido sobrevivir para localizarlos rápido.
Tras tanto esfuerzo, hay historias para el optimismo, las de los afortunados que han vivido el terremoto desde dentro y pueden contarlo. Una mujer liberada, un hombre vivo por pura suerte y hasta el hallazgo de un perro con vida. Todo les empuja a continuar.
Cantan su canción más emblemática, ‘Cielito lindo’. Porque queda mucho por hacer, muchas personas aún atrapadas. Cada minuto es crucial y México no descansa.