"Lloraba, se encerraba en su habitación...": las consecuencias del bullying
Esta es la historia de un acoso escolar a través de la voz de unos padres: "cuando estaba a punto de cumplir 12 años, el niño explotó.". Y el pequeño confesó "insultos, vejaciones, descalificaciones, le hacían totalmente el vacío". Le llamaban "mariquita, gilipollas, retrasado, incluso alguna agresión física sufrió", llegando a incluso a romperle la muñeca de un balonazo.
Durante al menos dos cursos, el niño fue víctima de bullying. Su único refugio era su casa y, cuando llegaba, "lloraba, se encerraba en su habitación, cerraba las persianas y se quedaba a oscuras". Esta situación llegó a provocarle migrañas que incluso le producían vómitos.
Cuando los padres conocieron lo que sucedía, fueron a hablar con el colegio, quien le restó importancia al acoso escolar, asegurando que "eran cosas de niños, que era normal que se insultaran, que toda la vida se han insultado", llegando a decirles cuando le rompieron la muñeca "que fue un accidente, que toda la vida nos rompían huesos prácticamente a diario".
Los padres denunciaron y la Audiencia Provincial de Cantabria ha condenado al colegio a pagar una indemnización al niño de 6.000 euros por daños morales. Según la sentencia, trataron de poner fin al acoso, sin éxito.
Ahora, el pequeño es feliz estudiando en otro colegio. Por fin, ha sido capaz de volver a sonreír.