Conexión Samanta: Gigolós
cuatro.com
26/09/201217:12 h.Samanta Villar viaja a Madrid y Barcelona para mostrar cómo funciona la prostitución dirigida a mujeres de la mano de sus protagonistas. Los espectadores conocerán así a Deborah y Kiko, una pareja que lleva doce años casada y que trabaja como escorts y en la industria del porno. Parte de su actividad la realizan en su domicilio, donde atienden a sus seguidores a través de una webcam.
Gracias a Deborah y Kiko, Samanta Villar accederá a otras personas que viven de la prostitución por distintas circunstancias. A Marc, un catalán de 33 años, le encanta su trabajo como gigoló de lujo. Un servicio de Marc puede costar 400 euros la hora, remuneración que le permite llevar un buen nivel de vida.
Otras personas viven su situación de distinta forma. Áxel, un hombre de 50 años que perdió su trabajo de manera inesperada, ofrece “un servicio muy elegante y una buena conversación”. Para Lorenzo, un rumano afincado en España desde hace dos años, la prostitución es su remedio al paro y su único medio de supervivencia.
Ejercer esta actividad le obliga a superar ciertos escrúpulos. A la salida de uno de sus servicios le confiesa a Samanta que la persona no era físicamente de su agrado. Para Lorenzo, la clave para poder trabajar en este negocio es estar “mentalizado”.