Lucía está cansada de escuchar las críticas de su madre. No soporta que le siga llamando gorda, que se meta con su forma de vestir o que se burle de su mala suerte con los hombres. La joven reta a su madre con una apuesta relamente complicada: si consigue adelgazar y encontrar al hombre ideal antes de que se case su hermana, el piso en Torrevieja que les dejó su abuela será para ella.