Castle sigue convencido de que si para reconquistar a Beckett tiene que hacer lo mismo que hizo para enamorarla por primera vez: resolver crímenes juntos. Tras descubrir al asesino, prepara un café y confiesa una mentira, cuando enseño a Beckett a hacer café, no le confesó su ingrediente secreto. “Si te lo dijera, ya no me necesitarías”, dice.