Castle y Beckett descubren que el día en que murió la víctima visitó antes un edificio de oficinas de una conocida tapadera del crimen organizado en la zona de Queens. Al parecer, el médico mintió a sus compañeros al decir que iba a visitar a un tío suyo que tenía cáncer. Al llegar al edificio, Castle y Beckett descubren que allí tenía un quirófano clandestino.