Nuestro humorista le da muchas vueltas a las cosas y no le gusta que se sienten a su lado en los lugares públicos como el autobús, por eso tiene sus propios trucos para evitarlo. Además, tampoco entiende la expresión “no está para tirar cohetes” y analiza demasiado las frases de sus ligues. Por último, Álvaro nos ha deleitado con sus habilidades al hacer sombras chinescas.