José Luis aprende que la mujer perfecta no existe

Lidia, ¿alguien le ha visto abrir la boca?. Lola, una artista del burlesque con tatuajes. Gloria, no se calla ni debajo del agua. Loredana, la mujer que le pidió a su mejor amigo un hijo. Cristiane, cocinera y portada de Interviú y Cristiane, celosa compulsiva.

Todas las mujeres que han pasado por casa de José Luis llevan una ‘tara’. Ninguna se libra del alto listón de Toya, y claro está, ninguna, a priori, se merecería entrar en la vida de ambos. El abogado intenta ignorar las altas expectativas de su madre y comienza eligiendo libremente, pero esa voz de la conciencia llamada Toya, insiste en que en su casa no entra cualquiera, y su hijo va cediendo a sus peticiones… a todas, menos a una, Cristiane, su debilidad.

José Luis se lleva a Estambul a sus dos finalistas: Alis y Cristiane. Mientras Toya somete a Alis a un tercer grado, José Luis se va de cita con Cristiane, queda prendado y acaban la noche con un beso…y una ‘supuesta’ relación posterior en la cama de José Luis.

Un pacto sella sus labios, pero el abogado se olvida de él cuando Alis está delante y confiesa arrepentido que entre él y Cristiane hubo un beso...y ya. Cristiane, dolida por el incumplimiento del pacto, decide poner las cartas sobre la mesa y saca a la luz todo lo que pasó en esa habitación. José Luis, niega todo y pierde la credibilidad de sus chicas.

Cristiane se ‘autoelimina’ y deja a Alis el camino libre….pero la personalidad de Alis ha cambiado, es celosa y posesiva. José Luis se queda con su ‘favorita’, pero lo hace de manera impuesta…¿seguirá pensando lo mismo?