Calleja le ha ayudado con la bicicleta y ella ha enseñado a nadar al aventurero como un verdadero campeón olímpico. Ambos se han desplazado hasta una piscina, donde les ha acompañado un público de excepción que les animaba en todos sus movimientos. Saltar, hacer largos, mariposas… Jesús ha puesto todo su empeño en parecer todo un profesional.