Dos penaltis fallados, uno durante el tiempo reglamentario y otro en la tanda desde los once metros sumieron en la tristeza a la afición del Atltico de Madrid. Sus seguidores, una de las aficiones más fiel a sus colores navegó entre las lágrimas, los abrazos de consuelo y la esperanza de volver pronto a jugar una final de champions para, por fin, ganarla.