Le esperaban frente a los juzgados con pancartas y con el dolor a flor de piel. La madre de Laura y su hermana le gritan. A la salida detectan a Morate en un coche y eso rompe sus nervios. El padre de Marina arranca el limpia parabrisas y su tío reclama que les dejen expresar su dolor. A Morate lo han llevado a la Audiencia para comunicarle la acusación, pero no ha podido hablar. Se enfrenta a una pena de 15 a 25 años por cada delito.