Los padres que se cogen bajas más largas, después se implican más en el cuidado de los hijos, según un estudio

Este trabajo, publicado en la revista canadiense 'Journal of Comparative Family Studies', se basa en cuestionarios repartidos en 2012 a alumnos de entre tres y ocho años de un centenar de colegios de la Comunidad de Madrid. Estos los entregaron a sus padres y madres y en total fueron respondidos 1.130.

A través de esta encuesta se preguntaba a los progenitores por su grado de participación en dieciocho actividades de cuidado infantil y, según los autores de este trabajo ellos mostraron una implicación muy baja respecto a las madres en las tareas más rutinarias, como lavar la ropa de los niños o preparar su comida.

Por el contrario, en las actividades más gratificantes y atractivas, como jugar con el hijo en casa o enseñarle a hacer algo nuevo, los padres evidenciaron más implicación.

El estudio, no obstante, revela que los padres que disfrutan de bajas de paternidad más largas tienden participar más en las actividades de cuidado más rutinarias respecto a los que se incorporan antes a su puesto de trabajo.

Además del permiso de paternidad, los investigadores señalan que hay otros factores que influyen en el mayor grado de implicación en el cuidado de los niños, como una actitud igualitaria y de corresponsabilidad y también el hecho de que la mujer trabaje a tiempo completo y tenga unos ingresos mayores que su pareja.

FALTA DE POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN EN ESPAÑA

Respecto al desarrollo profesional de los padres, el documento advierte de cierta incompatibilidad entre el empleo y el ejercicio de una paternidad más activa, pues generalmente quienes tienen salarios más altos, dedican más tiempo a trabajar y menos a estar con los hijos.

"Lamentablemente, en países como España, donde la conciliación de la vida familiar y laboral es muy difícil, a menudo se presenta el dilema entre el crecimiento profesional y una maternidad o paternidad activa", explica Fernández Cornejo.

El estudio identifica tres perfiles de padres: Uno más tradicional, que muestra poca implicación en las tareas relativas al cuidado de los niños; otro muy participativo, que incluso prioriza su papel de padre frente a su carrera profesional; y el intermedio, el más numeroso, que se adapta a las circunstancias en función de la situación laboral de la madre.

Para el investigador, la ampliación del permiso de paternidad desde el pasado 1 de enero, que ha pasado de dos a cuatro semanas de duración, es un avance, aunque "insuficiente". En su opinión, hay que equiparar la duración del de maternidad y paternidad de 16 semanas y que no sea transferible al otro progenitor y se pueda utilizar con flexibilidad.

En cuanto a las empresas, sostiene que las políticas de conciliación tienen que avanzar mucho más y propone que los directivos sean mucho más sensibles hacia las necesidades de conciliación de los trabajadores y que este tipo de políticas dejen de asociarse solo con la plantilla femenina.