Carlos desapareció en Cazalla, Sevilla, hace 17 años, el 13 de abril de 1998. No dejó una nota, ni una pista. Le dieron oficialmente por muerto hasta ahora, que unos excursionistas encontraron en un bosque de la Toscana a un ermitaño. Hasta allí han viajado sus padres para saber si es el hijo que se fue sin más. Aunque no será fácil ya que ha vuelto a desaparecer y desde hace 15 días no saben nada de él.