El Papa sobre Venezuela: "Yo, de corazón, apuesto todo por el diálogo"

De este modo, Francisco ha expresado su disposición al diálogo y ha asegurado que "si no se dialoga, se grita y no hay otra solución", según informa el diario italiano La Stampa.

Sobre su cita con el presidente Maduro, ha señalado que le escuchó durante media hora, le hizo algunas preguntas y oyó sus opiniones. "Es siempre bueno escuchar opiniones", ha agregado.

Durante la tradicional conferencia de prensa que ofrece en el vuelo de regreso a Roma desde Suecia, el Papa ha destacado que la situación es "compleja", al tiempo que ha reivindicado la "importante estatura política" de los actores internacionales que intermedian en el conflicto, como el expresidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, el jefe de Estado de Panamá, Martín Torrijos, y el de la República Dominicana, Leonel Fernández.

ACOGIDA Y PRUDENCIA

El Pontífice también ha sido preguntado sobre la situación de los refugiados y la labor de los gobiernos ante esta emergencia, pidiendo "prudencia" en la acogida. "En teoría no se puede cerrar el corazón a un refugiado, pero también hay que usar prudencia. Los gobiernos tienen que ser muy abiertos a la hora de recibir, pero también calcular cómo poder colocarles", ha subrayado.

Además, ha recalcado que es importante, una vez los inmigrantes hayan sido acogidos, desarrollar un plan de integración. "Se paga políticamente la imprudencia en los cálculos de recibir más de los que se puede integrar", ha considerado.

Aunque ha destacado que "no es humano cerrar las puertas, no es humano cerrar el corazón y a la larga se paga y se paga políticamente", ha denunciado a su vez que muchos de los refugiados que no se integran acaban "en guetos".

"Una cultura que no se desarrolla en la relación con la cultura de los otros puede ser algo peligroso", ha alertado. Sin embargo, ha señalado que Europa se ha construido con la integración de varias culturas y que "el peor enemigo para los países que cierran las fronteras es el miedo".

Además, ha considerado que si bien "los refugiados huyen de la guerra, del hambre y de situaciones terribles y el estatus de refugiado necesita más cuidado y más trabajo", la migración debe ser controlada.

"Emigrar es un derecho, pero que tiene que ser regulado", ha declarado.