El Papa Francisco visita a niños huérfanos en Bangladesh en el último día de su viaje a Asia

La Madre Teresa, quien inició las Misioneras de la Caridad para servir a "los más pobres entre los pobres", abrió el hogar a principios de los años setenta para cuidar a las mujeres bengalíes que quedaron embarazadas tras ser violadas por soldados paquistaníes durante la guerra de independencia.

Hoy en día, el hogar, que se encuentra en una de las ciudades más pobres del mundo, cuidad a niños huérfanos y abandonados, madres solteras y ancianos enfermos.

El Papa se ha dirigido a monjas y sacerdotes en un discurso improvisado en el que ha elogiado a Bangladesh, un país predominantemente musulmán donde los católicos representan menos del uno por ciento de sus 169 millones de habitantes, por tener lo que ha calificado como las mejores relaciones interreligiosas del mundo.

El Pontífice ha asegurado que estaba muy satisfecho con su reunión interreligiosa este viernes en la que sostuvo un emotivo encuentro con refugiados rohingya de Birmania. Durante su discurso utilizó por primera vez en público durante su viaje a Asia el término 'rohingya' al asegurar que "la presencia de Dios hoy también se llama Rohingya".

En su encuentro interreligioso en Bangladesh pudo saludar a 16 personas de esta minoría musulmana, el Papa les pidió perdón en nombre de todos aquellos que les han perseguido y lastimado.

En su reunión este sábado en la casa fundada por la Madre Teresa, el Papá ha instado a los sacerdotes y monjas que viven en las comunidades a evitar las habladurías, calificándolas como una forma de "terrorismo", una comparación que ha hecho en otras ocasiones cuando visitaba comunidades religiosas.

Su último evento en Bangladesh será una reunión con jóvenes en un colegio fundado por sacerdotes católicos después de que la guerra de independencia a principios de la década de 1970 dejara al nuevo país con una escasez de lugares de educación superior.