El PSOE lleva al Congreso una propuesta para que el Gobierno incentive la donación de alimentos y evite su despilfarro

"Queremos que el Gobierno sea capaz de sentar y coordinar a los agentes que tiene que ver con la cadena de distribución y comercialización de alimentos, para que todo eso lleguen a los alimentos", ha señalado Heredia ante los medios. Concretamente, piden incentivar las donaciones de alimentos estableciendo, a estos efectos, beneficios fiscales específicos para este tipo de donaciones.

Del mismo modo, sugieren una revisión del etiquetado y, sobre todo, de las fechas de consumo preferente o caducidad que, a su juicio, "son muy cortas en muchas ocasiones", así como la diversificación del tamaño de los envases en la industria alimentaria "para ayudar a los consumidores a elegir las cantidades adecuadas" y evitar el desperdicio.

Tanto Heredia como la portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), Ileana Izverniceanu, con quien se han reunido los socialistas este jueves, han destacado que es en los hogares donde más alimentos se tiran: 1,3 millones de kilos anuales, frente a los 400.000 que se tiran en los supermercados y los 63.000 de los restaurantes.

FOMENTO DE COMPORTAMIENTO RESPONSABLE

Por este motivo, la iniciativa del PSOE también incluye el impulso de campañas informativas que fomenten comportamientos responsables en los consumidores que contribuyan a la reducción del despilfarro alimentario en los hogares. "Estamos preocupados por los millones de kilos que se tiran cuando hay familias que no pueden llegar a fin de mes. Podemos hacer mucho y el Gobierno puede hacer más de lo que está haciendo", ha apuntado el dirigente socialista.

Por su parte, Izverniceanu ha pedido la sensibilización también por parte del resto de partidos representados en el Congreso y ha destacado que esta iniciativa es el primer paso hacia una ley orgánica que, a su juicio, es lo que necesita este problema.

UNA LEY CONTRA EL DESPERDICIO

"La ley debería ser, principalmente, un acuerdo entre todos los agentes que están en la industria alimentaria, desde los agricultores hasta los bancos de alimentos, pasando, por supuesto, por la industria alimentaria, distribuidores y consumidores", ha apuntado la portavoz de OCU.

"No entendemos porque un tomate, porque es feo o está picado, no puede venderse. Hay consumidores que quieren ese producto aunque sea más feo a un precio mas económico, pero ahora ese tomate se pierde", ha añadido Izverniceanu, que ha señalado que esta situación es "responsabilidad del Gobierno" porque se trata de "un drama social".