España pide a Grecia acoger a Qamar, una niña enferma de 16 meses, y a su familia que viven en un campo de refugiados

La petición 'Traigamos a Qamar y a su familia a España' fue lanzada por la Asociación Amigos de Ritsona el pasado mes de octubre cuando presentaron a los ministerios de Exterior, Interior y Empleo toda la documentación necesaria para solicitar el asilo de Qamar y su familia a la Comunidad Autónoma de Murcia. En ella alertaban de que "el invierno y con él el frío no tardarán en llegar a Grecia, así que el humo de las hogueras, que tan mal va a la salud de Qamar, va a ser constante".

Dos meses después, miembros de la Asociación han viajado a Ritsona donde han comprobado cómo la niña ha estado una semana con oxígeno cada doce horas y sufre sangrados por la nariz asiduamente de los que se desconocen las causas. La Secretaria de la asociación, Teresa Fuentes, ha explicado a Europa Press que al ver la situación, decidieron volver a contactar con la delegación del Gobierno en la Región de Murcia, con quiénes han llevado todo el proceso, para insistir en "la urgencia de sacar a la niña de ahí". Unos días después, la delegación de Murcia informó vía email de que la petición de asilo de Qamar y su familia estaba aceptada por el gobierno español y que "únicamente quedaba la aceptación de la misma por parte del gobierno Griego", añade.

Por su parte, la asociación ha puesto a disposición de la embajada de Grecia en España todos los documentos relativos al caso como las cartillas de registro de toda la familia, una carta de apoyo de la fundación CEPAIM, firmado y emitido por su presidente Juan Antonio Segura Lucas, donde se muestra su disponibilidad para acoger a toda la familia dentro del cupo de plazas que CEPAIM dispone dentro del sistema nacional de acogida, y el informe médico realizado por un especialista en aparato respiratorio en el hospital Santa Lucia de Cartagena (Murcia).

En el documento, el doctor Pedro Menchón, tras analizar todos los informes de ingreso de Qamar, sostiene que los procesos infecciosos respiratorios de repetición vividos por la niña "obligan a mejorar las condiciones de habitalidad de la paciente, así como ubicarla en un entorno de mayor estabilidad ambiental y emocional con mayor accesibilidad a los sistemas de salud".

UN VIAJE PARA ESCAPAR DE LAS BOMBAS

Noufah Bashar (29 años), ama de casa, y su marido Nawres Bashar (32 años), albañil, salieron de Alepo en 2014 tras dos años de guerra. Les acompañaban sus hijos Naser de siete años, Limar y Aammar de cinco años y Sara de dos años. Desde que dejaron su casa han nacido sus hijas Qamar de 16 meses, durante los dos años que vivieron en Kurdistán, y Evelina, de dos meses, que ha nacido en el campo de refugiados donde viven desde hace casi un año.

La Asociación Amigos de Ritsona explica que durante los dos años de guerra Noufah perdió a dos hijos embarazada de 7 y 8 meses. "Las bombas caían muy cerca de su casa y el miedo le hizo romper aguas, en ambos casos cuando llegó al hospital los bebés habían fallecido", señalan. Por ello, la familia decidió abandonar Alepo e instalarse en el pueblo de la madre de Nawres, donde los bombardeos eran menores. Nawres debía ir todos los días a Alepo para trabajar y en uno de esos viajes fue secuestrado. Le robaron su dinero, su moto con la que iba a trabajar y le torturaron. Cuando volvió a su casa se encontró con que 21 de sus vecinos estaban muertos en la calle y en la escalera de su casa. No les dejaban retirar los cadáveres y obligaban a los niños a ir a la escuela con los muertos en la calle. "Ese fue el detonante para salir del país", afirman.

La familia vivió dos años en Kurdistán donde nació Qamar pero la falta de trabajo hizo que decidieran viajar a Europa. En Turquía estuvieron retenidos 15 días "hacinados en un pabellón con miles de personas, sin baños ni condiciones higiénicas suficientes. Era pleno invierno y el frío era insoportable", señalan. Fue la primera vez que tuvieron que ingresar a Qamar. Tras recibir el alta continuaron hacia Grecia.

Desde hace diez meses viven en el campo de refugiados de Ritsona, en medio de un bosque, en una tienda de campaña. Desde la asociación señalan que la comida que sirve el ejercito griego "es escasa" y sólo tienen un litro de agua por persona y día. En el campo hay 150 tiendas, 40 baños y 8 duchas, de ellas sólo 3 tienen agua caliente y "no siempre funciona".

El suelo es de tierra y las familias hacen hogueras para poder entrar en calor y cocinar. Tanto el humo como el polvo están contraindicados para la curación de Qamar quién ha estado ingresada en varias ocasiones con episodios graves de infecciones respiratorias y gastroenteritis desde que llegaron a Ritsona. "Ojalá consigamos que vengan de manera urgente a España", concluye Fuentes.