Las imágenes que guardaremos en la memoria de Río 2016

Han sido los Juegos de las mil caras, empezando por la que buscaban ellos. La cara del que no tiene límites, del que sonríe incluso a sus rivales, del que ha conseguido lo imposible. Usain Bolt oro en 100, 200, y 4X100 en tres juegos distintos. También aquí, en su despedida olímpica. La cara de los Juegos también se llena de emoción. La que ha sentido Michael Phelps. El hombre récord. 23 oros para él. Es la cara de la satisfacción, del que se lanza por última vez a la piscina sabiéndose leyenda. La cara de Río también es la de la sonrisa permanente. La de esta niña de sólo un metro cuarenta y cinco centímetros, pero de una grandeza enorme. Tanto como sus saltos imposibles. Cuatro oros que la igualan con otro mito, Nadia Comaneci. La cara de los Juegos también es la de la derrota. La del que pierde siendo el grandísimo favorito. La del que llora por los abucheos del público. La del que derrama lágrimas por el dolor de una brutal lesión. En Río también se han dado la mano las dos caras de la misma moneda. El norte y el sur compartiendo espacio, también las diferentes culturas. Y sobre todo la cara de los juegos es la de la solidaridad. La de las dos atletas que tropezaron y se cayeron. Pero que se levantaron a pesar del dolor y llegaron a la meta. Últimas y entre lágrimas, dejando el estadio en silla de ruedas. Es el espíritu olímpico en estado puro.