Los policías residentes en Cataluña denuncian el acoso a sus hijos en los colegios y el adoctrinamiento indepentista.
Su hijo cursa secundaria, en clase saben que sus padres son policías. Nunca hubo problemas hasta ahora cuando en clase le reprochan las cargas policiales en los centros de votación. En otros casos, compañeros de la policía cuentan que sus hijos de primaria salen de la escuela y les espetan "¿Qué han hecho los amigos de papá que han roto los dedos de la mano a una mujer?" (Refiriéndose a la foto de la presidenta de una mesa que aseguró que le había roto los dedos de la mano, si bien luego se demostró que no fue así. No dan la cara porque por un lado tienen temor a sentirse señalos por la gente que les rodea). A esto se suma lo que representantes sindicales han insistido durante años sobre su situación en Cataluña. Abandono por parte del Ministerio del Interior con además el agravande de la discriminación salarial respecto a los mossos que cobran de media 600 euros más al mes dentro de la misma categoría.