En una calle helada de Bielorrusia, la rápida intervención de un policía ha evitado el atropello de un niño. El agente estaba cruzando detrás del jóven cuando ve como un coche que viene en su dirección a gran velocidad, sin dudarlo agarra al niño y tira hacia atrás de él. No logra esquivar el golpe, pero sí minimizar el impacto. El hombre sufre un golpe en una pierna y el niño ha salido sin un rasguño, aunque con un gran susto en el cuerpo.