No hay tregua en las cárceles brasileñas. Se ha producido un nuevo motín que ha acabado con la vida de al menos, treinta y tres reclusos. La prisión se encuentra, como la de la revuelta que sucedió hace cuatro días, al norte del país. Y, como en aquella ocasión, el número de presos duplicaba la capacidad de la prisión. La situación ya está bajo control.