Recuperar la vida habitual en pleno estado de emergencia

Soleada y patriótica mañana de domingo en París. Es una exageración decir que la Marsellesa suena en cada rincón de la ciudad, aunque es cierto que el himno francés está experimentando un 'revival' notable. "Son alumnos de una clase de apoyo extraescolar de un barrio deprimido", nos explica su profesora. "Hay musulmanes, judíos y cristianos. Les enseñamos a ser ciudadanos franceses y los valores de la República".

Están en la plaza de la República donde la vigilancia policial sigue siendo importante. "La actividad ha aumentado un poco porque la gente tiene miedo a coger el metro", nos explica este taxista. Nos dirigimos ahora al Mercado de las Pulgas, uno de los puntos de mayor atracción turística los domingos en Francia. Aquí abundan las tiendas de antigüedades como esta. Su dueño, Rafael, nos explica que ha notado un cierto descenso de las ventas, pero que confía en recuperar hoy el pulso normal. "Hace tiempo que debería haber aumentado la seguridad en Francia. Ya habían pasado muchas cosas. Era de cajón", nos dice esta clienta en sintonía con la gran mayoría de los franceses, favorables al aumento de la presencia policial. Los franceses asumen que estamos en un momento delicado y a la vez tratan de pasar el shock inicial a la vida habitual, si les dejan.