Dos empleados del aeropuerto de Fiumicino, en Roma, abrían las maletas que debían facturar y se llevaban los objetos de valor que encontraban. Separaban lo que les gustaba y se lo quedaban desde móviles y tabletas hasta dinero. Las denuncias por parte de los pasajeros llevaron a la policía instalar cámaras y tras ser grabados con las manos en la masa, ya se encuentran detenidos.