La misión de la fragata 'Numancia' en el Mediterráneo ha salvado 1.200 vidas

Subimos al helicóptero para vigilar el mar desde el aire. Tomamos altura y enseguida se deja ver algún pesquero. Pero ni rastro de traficantes por más que nos aproximemos a su zona de influencia. Nos acercamos a aguas libias en busca de embarcaciones, sin embargo, el límite está en 11 millas náuticas, porque allí empiezan las aguas jurisdiccionales de aquel país. De momento, Europa no tiene permiso para ello, como indica el comandante Juan Pérez Puig: "Poder operar dentro de aguas jurisdiccionales libias requiere un convenio con las autoridades libias y unos acuerdos que permitan entrar dentro. Eso quitaría toda la libertad que ahora mismo tienen los traficantes dentro de las aguas jurisdiccionales", explica. Tras recibir una alerta en el puente de mando, se realiza un primer chequeo médico de los migrantes rescatados, intentan identificarlos y los ubican en una cubierta de la fragata. Sin embargo, en caso de rescate, la 'Numancia' se queda a unos 500 metros, y es con varias embarcaciones menores de alta velocidad con la que los militares se aproximan a ellos. Pese a que estamos en un buque de guerra y este no es su principal cometido, aquí se han salvado 1.200 vidas. Y aunque el trabajo para la Numancia termina ya, ahora otra fragata gemela, la Reina Sofía, comenzará a partir de ahora el rastreo de traficantes en el mediterráneo.