El PP busca ser primera fuerza y conservar sus feudos con pactos

La 'pegada oficial de carteles' a nivel nacional este jueves la protagonizará en Toledo la secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal. Será el primer mitin de quince intensos días de campaña en los que Mariano Rajoy se volcará de lleno con más de una veintena de actos.

Fuentes de la dirección nacional consultadas por Europa Press dan por seguro que el "mapa electoral de la noche del 24 de mayo será azul". Eso sí, son conscientes de que van a perder parte del inmenso poder que tienen tanto a nivel autonómico --gobiernan en 11 comunidades-- como municipal --más de 3.500 ayuntamientos--, lo que les obligará a buscar pactos en algunas plazas para garantizar la gobernabilidad.

LA BATALLA EN CASTILLA-LA MANCHA, MADRID Y VALENCIA

En el plano autonómico, el PP confía en lograr mayoría absoluta en Castilla-La Mancha, La Rioja y Castilla y León, y mantener el gobierno mediante pactos en la mayoría de las autonomías que ganó hace cuatro años.

Una de las plazas clave es Castilla-La Mancha, donde Cospedal espera revalidar su mayoría. Fuentes del PP admiten que una derrota de la secretaria general del PP tendría un valor simbólico al ser la número dos del partido. Por lo pronto, Rajoy ha programado tres actos en esta región para apoyar a su 'número dos'.

Otras regiones en las que el PP dará un difícil batalla son Madrid y la Comunidad Valenciana, en las que las encuestas coinciden en que la formación perderá su mayoría absoluta y que presumiblemente tendrá que recurrir a los pactos. A priori, el objetivo del PP es que no haya una mayoría de izquierdas, que implicaría su desalojo inmediato de esos gobiernos.

En el terreno municipal, 'Génova' cree que el PP podrá retener muchos municipios donde sea el más votado porque echarle exige pactos múltiples en poco tiempo. Según su análisis, y en virtud de los plazos que marca la Ley Electoral, para arrebatarle la alcaldía al PP, la oposición tendría que cerrar un pacto precipitadamente a dos, tres y hasta cuatro bandas, y todo ello en un escenario complicado porque apenas faltan seis meses para las generales.

Además, en el cuartel general de los 'populares' consideran que juega a su favor el hecho de ser el partido que más listas presenta: un total de 7.342 candidaturas para unos comicios en los que se van a elegir 8.122 alcaldías.

PREOCUPACIÓN POR CIUDADANOS

En las filas del PP no ocultan su preocupación por el ascenso del partido de Albert Rivera, que puede convertirse en llave de gobierno en muchas plazas. Por esa razón, algunos 'barones' territoriales del PP han rebajado sus ataques a Ciudadanos, aunque Rajoy y la dirección nacional del PP no han cesado sus críticas hacia ellos.

Así, aparte de 'vender' la mejora de la economía, Rajoy dedica buena parte de sus intervenciones públicas a censurar las "ocurrencias" de los nuevos partidos, haciendo hincapié en que lo que necesita España es "estabilidad" para consolidar la recuperación y que el pacto entre varios partidos trae "experiencias" ya conocidas.

En cualquier caso, fuentes 'populares' ven "muy volátil" la situación actual y aspiran a que gran parte del voto de los indecisos (un porcentaje elevado en la mayoría de las encuestas) se decante finalmente a favor del PP.

Además, esperan que los votantes del PP descontentos con las medidas del Gobierno esta legislatura --muchos de los cuáles se abstuvieron hace un año en las europeas-- perciban la mejora que está viviendo la economía española y no se queden en casa el 24 de mayo ni cambien el sentido de su voto para apoyar a Ciudadanos.

LOS CASOS DE CORRUPCIÓN

El factor que más preocupa en 'Génova' ante los comicios es cómo van a afectar los escándalos de corrupción que han salpicado a miembros del PP, desde la trama Gürtel o el 'caso Bárcenas', hasta los más recientes, como el llamado 'caso Rato' o el que afecta a Alfonso Rus, presidente de la Diputación de Valencia.

Tras la detención del exvicepresidente del Gobierno, que se acogió a la amnistía fiscal y está además imputado en el caso de las tarjetas black, el desánimo se ha instalado entre muchos cargos del partido, que no saben medir cuánto daño les hará en las urnas.