Zoido se despide del Ayuntamiento pero asegura que necesita la ciudad "como el aire"

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Zoido se despide del Ayuntamiento pero asegura que no puede vivir sin la ciudad, a la que necesita "como el aire"

El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha acudido este miércoles al Ayuntamiento de Sevilla a "despedirse" de sus compañeros de corporación y del propio alcalde hispalense, el socialista Juan Espadas, aunque subrayando que se siente sevillano y que no puede vivir mucho tiempo fuera de Sevilla, porque necesita a esta ciudad como "el aire" para poder seguir alimentándose.

Zoido ha llegado a acompañado por el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, al Consistorio, donde ha sido recibido por Espadas y por el concejal del PP Gregorio Serrano, quien ejerce de portavoz tras la marcha del ya ministro de Interior.

Tras mantener un encuentro en clave personal con el alcalde, Zoido ha manifestado que hoy es un día para saludar, para "ser cortés y para dar ejemplo de que en política, aunque se discrepe en muchas cosas, hay que colaborar en la gran mayoría de cosas que tenemos pendientes". "Nos unen muchas más cosas de las que nos separan y ahí es donde debemos de encontrarnos porque nos estamos jugando mucho", añade.

Zoido ha abogado por fortalecer el "diálogo y el consenso" y por recuperar el espíritu de 1978. A su juicio, hay que aprender de aquella época y de sus políticos y lo que consiguieron hay que tenerlo como referencia para volver a tomar un impulso de "estabilidad constitucional que garantice también esa misma estabilidad a la propia sociedad".

A continuación, Zoido se ha dirigido a las dependencias del Grupo Municipal del PP, donde ha sido recibido con un aplauso por los ediles de la formación. El ministro ha presidido una reunión con los que hasta hace unos días eran sus compañeros de grupo, quienes lo han rodeado en torno a una mesa en la que Zoido ha quedado flanqueado a la derecha por Serrano y a la izquierda por el presidente del PP sevillano, Juan Bueno.

El exportavoz ha querido también despedirse, tras diez años en el Ayuntamiento, del resto de formaciones políticas y del personal del edificio, realizando un recorrido por las dependencias municipales y protagonizando una cariñosa despedida de sus trabajadores, como los ordenanzas o los policías locales, entre otros.