Aguirre: "Hay que pedir perdón" por "no vigilar lo necesario" ante la corrupción

Desde el Hotel Meliá Castilla y flanqueada por la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez; el presidente regional, Ignacio González; la alcaldesa de la capital, Ana Botella, y la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, Aguirre ha asegurado que en Madrid se ha dado una "reacción inmediata ante los mínimos indicios de corrupción, mucho antes de ser imputados". La popular ha llamado a ganarse de nuevo la estima de la ciudadanía, para que vuelvan a ver al PP como "el partido que no tolera la corrupción".

La segunda razón de la desafección es la "lejanía" entre políticos y ciudadanos, en palabras de la presidenta del PP madrileño, que da la sensación de que vivan en "mundos diferentes". Esta situación se ahonda en las elecciones europeas ya que son muchos los que ven las instituciones como "algo ajeno a sus vidas".

Y es que los ciudadanos "no saben qué hacen los eurócratas, los funcionarios europeos que toman decisiones tan importantes en sus vidas". Por eso ha pedido a los candidatos del PP a las elecciones del 25 de mayo que "se comprometan a luchar contra esa lejanía".

También ha llamado a hacer un "examen de conciencia" para "corregir errores y reconocer lo mejor que se ha hecho" teniendo en cuenta que las elecciones son un examen y los ciudadanos los examinadores. "Ellos son los que nos pagan el sueldo y a los que representamos. En las elecciones nos presentamos ante ellos para rendirles cuentas", ha apostillado. A eso ha unido que, "con ilusión", el PP es "imbatible".

Esperanza Aguirre ha comenzado su intervención en este acto de preparación a las elecciones al Parlamento europeo enviando un " abrazo cariñoso y entrañable" a la familia del expresidente Adolfo Suárez. También ha transmitido el "ánimo y solidaridad" del PP al que ha sido una "gran figura de España".

Aguirre ha hecho gala de su carácter dando con mucho humor "instrucciones" a sus compañeros, que no órdenes, sobre el funcionamiento de la Convención Regional de cara a las elecciones europeas, un acto que ha estado marcado por las Marchas de la Dignidad que se dirigen a la capital y el estado de salud del expresidente Adolfo Suárez.

Minutos antes de que diera comienzo su intervención, la presidenta no ha dudado en pedir desde el estrado a sus compañeros que se recolocaran en el auditorio del Hotel Meliá Castilla ante las filas vacías en el centro cuando había "gente de pie al fondo y en los laterales". "Por favor, sentaos, vamos. Es una instrucción, parece que iba a decir que es una orden", ha bromeado entre sus compañeros.