Borràs acusa al Estado de colonialista y de aplicar un "estado de excepción" en Cataluña

Ha agradecido el trabajo de su equipo y se ha dirigido especialmente al secretario general de su departamento, Francesc Esteve, después de que la fiscalía instara el martes a querellarse contra ambos por abrir un concurso para homologar a empresas que fabrican urnas.

Borràs considera que hechos como la querella contra ella --que todavía no ha recibido-- son un síntoma de "democracia enferma" y de que el Gobierno utilizan los tribunales para perseguir ideas soberanistas, e irónicamente se ha referido a su formación de farmacéutica para recetar al Ejecutivo central una tila y diálogo.

"La justicia no ha de hacer el trabajo de los políticos. El camino es el entendimiento y el diálogo", pero el Estado ha optado por la vía judicial y por recurrir la mayoría de iniciativas impulsadas por la Generalitat, también en materia social, ha criticado.

Preguntada por si ve posible la aplicación del artículo 155 de la Constitución que permitiría al Estado intervenir la Generalitat, ha respondido: "Viendo a Margallo, a uno le viene a la cabeza que todo es posible en este Estado" pero prefiere pensar en que se impondrá el sentido común y el diálogo.

Sí considera que el Estado "no solo no rema a favor de Catalunya, sino que muchas veces rema en contra", y esto refuerza su tesis de que es mucho mejor construir un Estado propio que seguir en España.

Se ha referido, por ejemplo, a la situación a las colas en el control de seguridad del Aeropuerto de Barcelona, que ha calificado de insultante porque no se está produciendo en el de Madrid, donde hay la misma normativa: "Nos harán creer que hay una cierta intencionalidad".

EL ESTADO, CONTRA EL BIENESTAR SOCIAL

Lo ha dicho en un acto del Fórum Europa, en el que ha sido presentada por la alcaldesa socialista de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Núria Marín, y al que han asistido, entre otros, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell; los consellers Neus Munté (Presidencia), Santi Vila (Cultura), Josep Rull (Territorio), Meritxell Ruiz (Enseñanza) y Jordi Baiget (Empresa).

Borràs considera que el Estado "va a la contra" de la Generalitat y trata de impedir que se dote de mecanismos que mejoren el bienestar social de los catalanes con argumentos competenciales que, según ella, son absurdos.

Critica que el Gobierno ha utilizado la crisis como excusa para agudizar sus políticas de recentralización y esto "ha puesto de manifiesto las diferencias que hay entre España y Catalunya, entre dos modelos y naciones".

Estas acciones han provocado, a su juicio, que muchos catalanes se planteen "la dicotomía entre independencia o decadencia, que solo se puede resolver de una manera, que es votando", y ha reafirmado el compromiso del Govern de un referéndum este año y de intentar pactarlo.

Preguntada por si la consulta será el 1 de octubre, ha dicho que sería "una buena fecha" pero no la ha confirmado, y sobre si podrán votar electrónicamente los catalanes en el extranjero, ha destacado que es uno de los trámites más complejos porque depende del censo.

Borràs ha evitado responder cómo convencerá a los alcaldes socialistas para que colaboren con el referéndum --han avisado de que no lo harán--, pero ha asegurado que la gran mayoría de los votantes socialistas están a favor de una consulta pactada: "Con ellos compartimos el querer resolver las cosas con diálogo".

Además, al día siguiente de que el Parlament aprobara instar al Govern buscar el aval al referéndum de la Comisión de Venecia, Borràs ha dicho que el proceso soberanista tiene mucho apoyo internacional, aunque ha avisado: "No podemos estar pendientes de que Europa nos resuelva nuestra situación".