El Rey preside el centenario de la hidráulica de La Malva, origen de EDP en España

En el acto participaron el presidente del grupo EDP, Antonio Mexia; el de EDP España, Manuel Menéndez; su consejero delegado, Miguel Stilvell; el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal y el presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández.

El Rey recorrió las diferentes zonas de La Malva, visitando la zona de las salas de máquinas, donde se encuentran los cuatro grupos generadores de la central, que suman una potencia que alcanza los 12 megavatios (MW), o la sala de control, donde ha conocido como se integra la tecnología más moderna en una instalación centenaria.

Asimismo, Felipe VI estrenó las visitas a la exposición que alberga la central, instalada en las antiguas viviendas del director y empleados y que consta de diferentes salas con paneles que explican la llegada de la electricidad y su importancia para el desarrollo económico y social, tanto de Somiedo como de Asturias. El monarca concluyó su recorrido con la puesta en marcha del grupo 2.

En su discurso, el presidente de EDP, Antonio Mexia, que agradeció la visita del Rey, destacó que la celebración de los 100 años de la central representa una "muestra de la importancia de la energía en el desarrollo de la sociedad".

"Este proyecto para el aprovechamiento respetuoso de los recursos naturales también resume bien cómo nos gusta hacer las cosas y por qué esta central es importante dentro de EDP. Por esta utilización respetuosa de los recursos nuestro grupo es líder mundial del Dow Sustainability Index", añadió.

LA MALVA, ORIGEN DE HIDROELÉCTRICA DEL CANTÁBRICO.

La central de La Malva surgió a principios del siglo XX del espíritu "visionario" de Policarpo Herrero y José Tartiere, que en aquella época fueron capaces ya de ver las posibilidades de la región de Asturias para la generación hidráulica, y fue el origen de la antigua Hidroeléctrica del Cantábrico, controlada desde 2004 por la lusa EDP.

Una de las pocas centrales eléctricas del mundo enclavada en una reserva de la Biosfera -el Parque Natural de Somiedo-, la construcción de La Malva fue una obra titánica que aportó beneficios para la zona, como el desarrollo de una red de carreteras asfaltadas que comunicó directamente a los vecinos con las principales ciudades.

La central cuenta con una potencia instalada de 9,14 megavatios (MW) y produce 44.000 MW por hora al año. En sus cien años de vida, La Malva ha producido más de 3 millones de MWh y su producción media anual permite abastecer de electricidad a más de 100.000 hogares.