Desde el Ayuntamiento de Oviedo se estudían ya las causas que provocaron el rápido avance del fuego. Y es que en apenas 60 minutos el palacio del siglo XIX de la calle de Uría se vio engullido por el fuego. El edificio, después de cinco horas de incencio, quedó devastado y se vino abajo, sepultando debajo de sus escombros a uno de los dos bomberos que habían iniciado la incursión. Una trágica pérdida que ha conmocionado la ciudad.