Kirmen Uribe: "Después del cese de actividad de ETA, se está empezando a hablar más tranquilamente de muchas historias"

Kirmen Uribe recupera la historia olvidada y real de unos personajes anónimos vascos durante el exilio en la posguerra en su nuevo libro, 'La hora de despertarnos' (Seix Barral). En este sentido, ha hecho una comparación con la situación particular que vive el País Vasco en la actualidad, que está recuperando también sus historias. "Después de cinco años del cese de actividad de ETA, se está empezando a hablar más tranquilamente de muchas historias", comenta.

Así lo ha asegurado este martes 8 de noviembre en Madrid con motivo de la llegada a las librerías de esta novela, la tercera en su carrera, tras 'Bilbao-New York-Bilbao' --por la que obtuvo el Premio Nacional de Narrativa en 2009-- y 'Lo que mueve el mundo'.

Aunque no descarta escribir en un futuro sobre el ambiente y la sociedad en el País Vasco durante los años de terrorismo de ETA, el autor es comedido con el tema, ya que reconoce que "hay víctimas de por medio". "No quisiera echar más leña al fuego", advierte Uribe, que no obstante, subraya que antes que escritor es "ciudadano vasco".

"FALTA TIEMPO PARA MIRAR AL PASADO"

A su juicio, este tipo de historias orales de gente anónima han sido olvidadas por las generaciones posteriores, aunque admite que hay algunos autores que sí las recogen en su literatura, como Patricio Pron, Laurent Binet, Emmanuel Carrère, Rodrigo Rey Rosa o Héctor Abad Faciolince, a los que nombra.

"Poco a poco, nos estamos interesando un poco más sobre esta época oscura de los años 50, 40, 30, y nos estamos cerciorando de la importancia que han tenido esos episodios en lo que ha pasado posteriormente o en nuestras propias vidas", describe Uribe, que considera que es en la actualidad cuando se está haciendo una "diagnosis de lo que realmente pasó en esos años oscuros". "Tal vez haga falta tiempo para mirar al pasado", justifica.

Pero Uribe no cree que exista una única verdad, sino "muchas verdades". A su parecer, la verdad absoluta es propia de un filósofo o un juez, mientras que la tarea de un novelista es la de dudar, porque "cada persona que ha sufrido tiene una verdad".

El libro, escrito en euskera como sus anteriores trabajos, se ambienta en el País Vasco, Madrid, Barcelona, Nueva York, Venezuela, París y Londres, entre otros escenarios, y gira en torno a Karmele Urresti, una mujer que vivió para contar varios exilios, cuyos planes se vieron truncados por acontecimientos históricos que definieron la suerte de varias generaciones.

"ES LA NOVELA QUE SIEMPRE QUISE ESCRIBIR"

'La hora de despertarnos juntos' es la novela más importante para el autor. "Ahora mismo tengo la sensación de que las dos novelas anteriores han sido como pasos previos para llegar a esta tercera novela, que no tenía la suficiente madurez creativa ni intelectual, casi, para escribir esta historia", comenta Uribe, que confiesa que 'La hora de despertarnos juntos' es la novela que siempre quiso escribir.

"Esta historia ya la conocía desde hace años porque mi madre me la contaba de pequeño y me parecía una historia fascinante, con un músico, una enfermera... como muy de película, con los servicios secretos americanos, la Segunda Guerra Mundial, una mujer tan moderna y atípica para la época... pero me daba cuenta de que como escritor tenía que aprender, tenía que aprender a escribir antes de hincarle el diente a esta novela", explica.

Tras cuatro años de "intenso trabajo", en el que el escritor ha contado con los testimonios de personas de la época, de historiadores y de documentación procedente de archivos, Uribe incluye a 'La hora de despertarnos juntos' en el género de la "docu-ficción", ya que en ella trata de "recuperar la verosimilitud que se perdió en la ficción pura". Por eso, destaca el "apoyo histórico" con el que ha trabajado, que le ha permitido dibujar unas personajes "de carne y hueso", pues sin él, la novela "hubiera perdido en honestidad".

Según ha dicho el vasco, lo que más le gusta de 'La hora de despertarnos juntos' es que se trata de una historia protagonizada por unos "soñadores, idealistas", que creyeron en la idea de la democracia. "Me interesan los 'perdedores", bromea el vasco, que dice interesarse por aquellos "momentos de luminosidad que hay antes de una desgracia".