Opinión de Gabilondo: 9 de enero

Antes de las noticias, dos palabras sobre las clínicas abortistas. Las sospechas de algunas graves irregularidades han lanzado sobre ellas las furias del activismo conservador pero, sobre todo, han puesto en evidencia la hipocresía que rodea todo cuanto tiene que ver con la interrupción del embarazo. Vaya por delante que, si hay delito, debe sancionarse, naturalmente, pero debe denunciarse asimismo el circulo de fariseísmos que rodea este asunto; hipocresía médica. Además de los médicos que objetan, están los que no practican abortos en la sanidad publica y si lo hacen en la privada.... hipocresía regional, comunidades sin abortos.... ¿Quiere decir que en esas comunidades no residen mujeres que aborten?.... si, pero han de viajar a otros puntos de España, como hace años, la hipocresía social decida no ver a las que se iban a Londres.... Las clínicas privadas se ocupen del 88 por ciento de todos los casos, porque la seguridad social deriva a ellas los que se le presentan pero luego, nadie las defiende si se habla de ellas como de un negocio mafioso. Hipocresía política, lo decimos una vez más, que se inventó lo del riesgo psíquico de la madre para no afrontar una ley de plazos que sería mas realista, más sincera y mas digna para la mujer. No nos gusta nada el aborto, muchísimo menos debe gustarles a las que se someten a él, nadie aborta para divertirse, pero hay que acabar con la doble moral.