La familia Salazar al completo viaja a Estambul en busca de las ansiadas, brillantes y exclusivas telas del bautizo. Nada más aterrizar, aprecian la belleza de la capital de Turquía, y descubren que no es tan “marginal” como ellos esperaban. Al llegar al hotel, se han enamorado de sus muebles…¡incluso del ascensor, dorado!