No deja de ser una imagen simbólica, el conocido barco de Piolín se ha marchado del puerto de Barcelona y lo ha hecho entre la niebla. Jose Francisco Silva, presidente de la Asociación de Suboficiales de la Guardia Civil, ha apuntado que para muchos agentes acaba una “pesadilla” y no por la dificultad de la misión sino por las complicadas condiciones en las que han vivido durante este tiempo.