Una construcción típica catalana fue el último refugio que eligieron los terroristas. Una masía abandonada donde se han encontrado varias hogueras con restos de documentos quemados y varios tickets donde se registran varios productos con los que los yihadistas podrían haber causado un mayor daño del producido: cuatro cuchillos, un hacha, productos inflamables… Ruidecanyes tuvo momentáneamente a jóvenes asesinos como vecinos.