La polémica surge tras la publicación de unas conversaciones de Fernández Díaz y el director de la Oficina Antifraude. El ministro del Interior cree “sorprendente”, en primer lugar que las conversaciones “se grabaran” y también que aunque se produjeron hace dos años “salgan ahora editadas, fragmentadas, descontextualizadas y sesgadas, casualmente cuando faltan cuatro o cinco días para unas elecciones”.