Paco tiene 53 años. La crisis ha acabado con su empresa de montaje eléctrico, que llegó a tener 25 empleados. La burbuja estalló y las constructoras con las que trabajaba Paco dejaron de pagarle. Su empresa cerró y hoy es él el que debe 20.000 euros a la Seguridad Social y otros 20.000 a Hacienda, que no paran de perseguirlo. El 9 de septiembre será desahuciado de su casa, si nada ni nadie lo evita.