Dirigiéndose al FMI, Cristina Fallarás leía su carta y se preguntaba: “La población ha perdido hasta el miedo y vota sin prevención, sin coacciones, sin que le importe un pimiento lo que digan ustedes (…) ¿A quién van a votar esos ciudadanos que se han quedado en los huesos? ¿a los que les han dejado en los huesos? Votarán es de esperar a quien dice basta, a quienes tampoco tienen miedo a ustedes”.