Una cámara oculta ha sido suficiente para que Amèlie enterrara todo su rencor. Su madre ha acudido a un grupo de mujeres que sufrieron violencia de género para sincerarse. Allí ha contado su dura experiencia y ha reconocido haber mentido a su hija para evitar hacerle daño. Al conocer estos datos, Amèlie se ha venido abajo y ha prometido ayudar a su madre "en todo" y "darle mucho amor y cariño".