Después de escuchar la descripción de la pizza perfecta que comió Tito, Juanito y Maxi se ilusionan y la buscan por todas las pizzerías. Al ver que el resultado no es el que esperaba, Secun les propone hacer un concurso de pizzas caseras. Juanito, retorciéndole los pezones a Tito, consigue que confiese los ingredientes de la mejor pizza del mundo. Llegados a ese punto, llega a su propia conclusión: no existe la mejor piza del mundo, cada uno tiene la suya.