10 de enero de 1996, Zaragoza. Dos cadáveres apuñalados y degollados. “Los homicidios no habían sido en el mismo instante, sino uno después del otro. Es decir, como si hubiera una premeditación”, cuenta Luis Arrufat, jefe de grupo 2 homicidios en ese momento. Son matrimonio. El asesino se ensañó con Maite, la mujer.