Un sacerdote practica exorcismos a mujeres abusando de ellas

Una reportera del programa acude a la consulta de un sacerdote con unas prácticas cuando menos curiosas para sanar la mente y el cuerpo. Mientras invoca a Dios, para que elimine la presencia de Satanás, ordena a la joven que se desnude y se quede en ropa interior. Posteriormente le da masajes con aceite por todo el cuerpo y le realiza un particular boca a boca. A pesar de que Mercedes Milá cuenta con el apoyo del exorcista oficial de la Iglesia, Jesús Infiesta, para denunciar a este religioso al obispado, sus abusos siguen impunes.

La denuncia nos llegó a través de una espectadora de 'Diario de...' la cual no quiere ni mostrar su rostro porque está aterrorizada. Esta mujer acudió a un sacerdote por problemas sicológicos y éste aprovechó para realizarle un peculiar exorcismo en el que abusó de ella.

Gracias a una cámara oculta, nuestra reportera pudo atestiguar el siniestro proceder del exorcista. Sin dudar en ningún momento de que la paciente, que dice sufrir de ansiedad, tiene un demonio dentro, este hombre se arrodilla junto a ella y le impone la mano en el pecho mientras se santigua y reza. Los masajes, los aceites y el movimiento de flexos parecen ser piezas fundamentales es este particular rito. También los crucifijos con los que, frecuentemente, presionaba los pechos de la testigo.

Según explica el sacerdote, se necesitan hasta quince sesiones más para expulsar al espíritu. En las sucesivas citas, el orante fue cogiendo más confianza, pidiendo a la reportera que se quedase en ropa interior. Siempre con la fórmula "te rezo aquí", los tocamientos y masajes con aceites por todo el cuerpo cada vez eran más íntimos, centrándose especialmente en pecho y pubis.

Especialmente incómodo para nuestra valiente compañera fue el momento en que el cura le practicó el boca a boca asegurando que era “el aliento del señor para infundirle tranquilidad”. Convencido de que el mal se había atrincherado en su aparato digestivo, el religioso llegó a practicarle irrigaciones nasales con aceite que casi le provocan el vómito.

Hablamos con Jesús Infiesta, exorcista oficial de la Iglesia, que niega tajantemente que para el ritual se requiera que el sujeto supuestamente poseído tenga que quitarse la ropa. Muy al contrario: "se tiene mucha delicadeza y mucho tino. La Iglesia anda siempre con pies de plomo para no sobrepasar los límites". Casi la misma opinión tiene el experto en psicología Manuel Berrocal, que añade "me recuerda a la santería. No puedo entender esta mezcla de santeria con conceptos católicos". Del mismo modo, los dos expertos recalcan que la Iglesia debe autorizar el exorcismo, algo que sólo se hace en casos muy excepcionales y siempre tras haber agotado la vía del diagnóstico médico.

Tras ver el aberrante ritual, Infiesta comenta que su colega de profesión "se ha pasado un poco de raya" y, quitándole hierro al asunto, añade "hay que ponerse en la mentalidad ingenua de ese cura. Hay que concederle un margen a la duda". Sin embargo, poco después accede a acompañarnos a denunciar el caso ante el obispo. Como sospechaba Mercedes Milá, en la Archidiócesis de Madrid se niegan a recibirnos.