Paco Acedo caminaba 30km al día y arrastraba trineos de 80kg. Varios días vio unas huellas humanas que desaparecían al cabo de un rato, e incluso le desapareció su equipo de buceo. Los lugareños dicen que hay espíritus en el lago y que es necesario realizar un ritual para estar en él, pero Acebo no lo hizo.