David Arquette y Patricia Arquette, junto al resto de la familia, fueron atrapados desde muy pequeños por la secta espiritual Subud, fundada en Indonesia. En esta cultura sectaria, el sexo predominaba, como en casi todas, había que tener sexo con los líderes cuando ellos dijesen. Esto creó tal inestabilidad a los hermanos, que David empezó a consumir drogas desde muy pequeño para evadirse, hasta que finalmente huyeron de la secta.