Hace cincuenta años, un pueblo de Gales sufrió una catástrofe en el que 144 personas murieron instantáneamente. Los escombros del carbón que estaban en la montaña cayeron y sepultaron, entre otras estancias, la escuela del lugar. Alguno de los niños tuvieron sueños días antes de la tragedia que parecían presagiar su destino.