Una joven sufrió un ataque tras verse sobresaltada por un tiroteo. Su familia, en vez de llevarla al médico decidió acudir a un exorcista a causa de la espuma que ésta expulsaba por la boca. El exorcista no pudo hacer nada y un poco más tarde fue declarada muerta. Sin embargo, al día siguiente de su entierro, su marido que velaba por ella escuchó sus gritos. Descubre qué ocurrió.