El lobo era el emisario de lo desconocido. Llevaba el terror a los pueblos con su imponente aullido. Una batalla, el hombre contra el lobo, que fue una constante que Félix vivió en sus carnes. Un animal que le fascinaba y, gracias a él, se consiguió cambiar la terrorífica imagen asociada a este animal. Así comenzó su historia de amor.