En los remotos monasterios del Himalaya se encuentran poderes sobrehumanos. Un reputado psicólogo decidió viajar hasta allí para conocer la realidad de los increíbles relatos. Los monjes eran capaces de elevar la temperatura de los dedos de sus manos y pies y de reducir su nivel de metabolismo. En Harvard se comprobó cómo los monjes podían secar mantas y sábanas, solo con su calor corporal en menos de una hora.